El último don es el temor de Todopoderoso. El alma que ha dejado que el Espíritu Santo habite en ella, haga morada en su corazón, valora tanto la presencia de Jehová hasta el punto de tener “temor” a perderlo. El santo temor de Todopoderoso es un cierto miedo de no poseerlo.«La oración no es un calmante para aliviar las ansiedades de la v